El Rincón de Jaén con sus cinco locales en nuestra ciudad es todo una garantía a la hora de tapear como mandan los cánones y de comer con hondura. Y lo es por tres motivos: por la calidad de la materia prima con la que cocinan, por las preparaciones tradicionales que hacen del producto y por el buen ambiente que siempre se respira.
Lugar perfecto para quedar con los amigos y amigos para tomarnos unas cañas y saborear lo mejor y lo más auténtico de la gastronomía andaluza en alguno de sus barriles o directamente en su barra. La carta es amplia y variada: ensaladas, canapés, jamón ibérico del bueno, coquinas, gambas, calamares, raciones como los pimientos rellenos de bacalao o las sabrosísimas mollejas al aroma del ajo. Pero la gran especialidad de este agradable rincón es el pesacaíto frito.
En su amplio comedor podemos catar sus extraordinarios revueltos, su lomo de buey, sus pescados–¿qué tal la merluza de la casa?-, o sus espectaculares Trifasicas y Cuatrifasicas de marisco.