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Bares para cañas en el Retiro, Madrid
Cinco bares y tabernas para ir de cañas después de un paseo por Retiro: Marcano, Meating, Taberna Laredo, Sanchís y La Catapa.
Puede que estemos ante uno de los planes más míticos en Madrid, el paseo de rigor por el parque del Retiro combinado con las típicas cañitas de después. Lo mejor es que últimamente los alrededores del parque se han puesto muy de moda, y hay cientos de opciones para tomarse una caña. Pero tranquilidad, que para eso estamos nosotros aquí: para decirte cuáles son nuestros cinco sitios básicos a la hora de irse de cervezas cerca del Retiro. Toma nota, porque seguro que recurrirás a estos fichajes en más de una ocasión.
Taberna Laredo, siempre hasta arriba y con razón
Estamos ante una de las mejores barras de Madrid: Taberna Laredo (Doctor Castelo, 30). Es de esas que, vayas cuando vayas, siempre está llena, y no es para menos, porque aquí saben muy bien lo que se hacen. En barra, junto con la cañita de turno, debes pedir su revuelto de morcilla, los huevos fritos con habitas y crema de patata, o casi mejor aún, una ración de sus increíbles croquetas que, para mi gusto, son de las mejores de Madrid.
Marcano, barra pequeñita pero matona
Desde bao buns hasta tacos de merluza, croquetas de leche de oveja e Idiazábal, pasando por ceviches… la variedad de raciones, tostas y pinchos que puedes encontrar en la pequeña barra de Marcano, (Menorca, 19) justo en frente de Laredo, es muy buena y deliciosa. David Marcano elabora una cocina de temporada con toques vascos que tienes que conocer y, sobre todo, prestar especial atención a los platos de cuchara, sin duda una de sus especialidades.
Sanchís, el maridaje perfecto: marisco y cañas
No sé si lo sabes, pero hay pocas cosas que mariden mejor con una cerveza bien tirada que el marisco. Y esta es precisamente la propuesta y la especialidad de Sanchís (Avenida de Menéndez Pelayo, 13). Berberechos, coquinas, gambas, nécoras, cangrejos, quisquillas, almejas, percebes… te puedes dar un buen homenaje marinero a un precio más que razonable, y como te decía, regarlo con unas cañas para refrescar el paladar. Planazo, ¿verdad?