¿A quién no le apetecen unos buenos huevos rotos? ¿O unos callos? O según la hora del día un sándwich, una ración de ensaladilla o de patatas ali oli para compartir o el recurrente bocata.
La siempre animada y concurrida barra de Madrid Madriz, que conviene que tengamos siempre presente en la zona de Tribunal, está en esa frontera difusa entre Chueca y Malasaña y es perfecta para cualquier situación, ya que su carta es amplia, variada y se adapta de manera perfecta a los paladares más dispares. Ojo a su comedor de la planta de arriba, donde también podemos dar cuenta de su menú de día con nueve primeros y nueve segundos para elegir o del menú de noche con siete primeros y siete segundos.