No es de extrañar el éxito de crítica y publico que goza Fismuler. El proyecto del grupo La Ancha con el incansable y creativo Nino Redruello a la cabeza ha dado en el clavo con un local amplio, bonito, de inspiración industrial y nórdica en el que podemos disfrutar de una cocina que fusiona de manera imaginativa tradición y vanguardia. Eso sí, mimando la materia prima y elaborando platos pensados para compartir de manera dinámica y divertida, que para eso estamos en territorio Redruello–recordemos La Gabinoteca o La Ancha, entre otros–.
Sorprende su carta con una veintena de platos que van rotando según mercado y estación. Sopa de cebolla con pan y queso, crema fría de tomates verdes, paté de campaña, anchoas en salmuera, chipirones encebollados, tortilla de ortiguillas, erizos…. Son algunos de los entrantes que hemos probado. Tanto en verano como en invierno podemos elegir entre cuatro carnes y cuatro pescados y un pequeño consejo: siempre hay que dejar sitio para probar alguno de sus creativos postres. Eso sí, conviene llamar con antelación porque habitualmente el local registra llenos, aunque también hay que saber que en las grandes mesas comunales de la entrada no es necesaria la reserva. Además los fines de semana hay actuaciones musicales en directo.