Nombre de artista para un café situado en un lateral del Museo del Prado -junto a la Puerta de Murillo como no podía ser de otra forma- con una terraza que bien merece una obra de arte. En el Murillo Café, abierto por Eliza Arcaya y Johanna Müller-Klingspor, podemos deleitarnos con una comida bistró mediterránea que no cierra, desde el desayuno hasta la cena.
Su cuidada decoración, que rescata elementos de los tradicionales cafés, combina a la perfección con una carta en la que destaca el ceviche de corvina, el secreto ibérico a voces -con salsa de hongos y puré de patatas con mostaza ancienne-, y el risotto de tomates secos y Grana Padano. Además, para los amantes del brunch, también cuentan con una sabrosa carta adaptada con todos los clásicos necesarios para empezar bien el día.