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No podemos hablar de burrata sin hacer una parada en Nina Pasta Bar, un espacio ubicado en pleno corazón de La Latina que llevan años dando rienda a su pasión por la gastronomía ítalo-castiza (como ellos mismos se definen), con recetas de la cocina tradicional italiana con un toque madrileño. La abuela Nina (que da nombre al local) estaría muy orgullosa de la cremosísima burrata que se sirve en el restaurante (una de las señas de identidad del local) y que puedes acompañar con tu plato de pasta o con los antipasti.
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No salimos de Italia para adentramos en el restaurante NOI, un nuevo concepto de ristorante italiano abierto a nuevos sabores, pero siempre fiel a lo que es el “Made in Italy”. Además, NOI se caracteriza por el profundo respeto a la materia prima y la sencillez… y su Burrata Pugliese no podía ser más fiel a este planteamiento: acompañada únicamente con orégano y tomates San Marzano al horno. Sencillamente spettacolare.
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Abandonamos por un momento el país vecino, y es que la burrata ha traspasado fronteras y ya se incluye en el menú de muchos restaurantes que ofrecen una cocina mediterránea, como es el caso de El Imparcial. Antes de probar su burrata, saca el móvil porque no vas a poder resistirte a hacer fotitos a este local que es pura fantasía: edificio histórico con suelos y techos originales de este palacete de 1913, que nos trasladan a la época en la que el edificio albergaba la rotativa de El Imparcial. Con su burrata, el Chef de El Imparcial nos ofrece una experiencia suave y cremosa acompañada de unos tomates para intensificar su frescura y darle y toque dulce. Tip para potenciar todo su sabor: ¿me pones una Mahou, por favor?
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Volvemos a suelo italiano para visitar una auténtica institución de la cocina italiana. El Alduccio fascina tanto por su aroma antiguo como por su menú, sinónimo de calidad. Respecto a esto último, no dejes de pedir una de sus pizzas o un buen plato de pasta, aunque quienes frecuentan el restaurante saben que su ossobuco no se queda atrás. Su propuesta de burrata se sirve con pomodoro y olio al tartufo.
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Acabamos la ruta a lo grande con uno de los favoritos de crítica y público. La Burrata de Fismuler solo podía ser de natas caseras, espárrago verde y licuado de aromáticos. No es ninguna sorpresa, puesto que la cocina del restaurante fusiona de manera imaginativa tradición y vanguardia. Por supuesto, no puedes irte del restaurante sin degustar su famosa tarta de queso (spoiler: tu vida no será la misma después de probarla).
