Gran descubrimiento el Aránzazu, que lleva desde 2005 amenizando una zona que se aleja de los circuitos habituales de tapeo.
Por eso tiene todavía más mérito lo suyo, dando cariño y sobre todo sirviendo de manera ejemplar, honesta y sencilla nutritivos menús diarios, tapas y raciones en un pequeño dividido en dos plantas: la de la calle con la coqueta barra repleta de pinchos y la de arriba, donde podemos degustar de manera más relajada nuestros manjares. Croquetas, pinchos diversos al estilo donostiarra, tempura de shitake con salmorejo, minitortillas rellenas, hamburguesa de ternera…. Y no seguimos, mejor pásate y compruébalo tú mismo.