En un enclave privilegiado, entre la Plaza Mayor y Ópera, Silvino levanta desde hace más de cuatro décadas la persiana de este bar tradicional y sencillo.
Aprovechando la pequeña placita que deja libre la confluencia de calles, el Bar Santos es ese sitio donde escaparse cuando uno pasa del bocadillo de calamares o no encuentra más que rascar en el Mercado de San Miguel y aledaños. Rincón perfecto para deleitarnos con una caña fresquita, alguna ración típica, como sus sobresalientes alistas de pollo que salen hechas en su punto y nada grasientas, la tortilla de patata o el sandwich mixto en su magnífica terraza.