La Embajada de Embajadores es muchas cosas: un punto de encuentro para los vecinos y habituales de Lavapiés, el punto de partida -o la meta- para los domingos de Rastro y un lugar perfecto para rendir culto a las tascas de siempre. ¡Ah! Y cuando el tiempo acompaña, también es una de las mejores terrazas de la zona. Totalmente renovado, pero con la estética de los bares de siempre: barra con mesas altas para los feligreses más fieles; y unas pocas mesas desde las que ver lo que pasa al otro lado de sus amplios ventanales. Pero, sobre todo, aquí se viene a disfrutar de unas cañas que nunca vienen solas: con paella, con alitas de pollo, aceitunas… Con horario ininterrumpido, cualquier momento es bueno para saborear la tradición en todas sus vertientes, sobre todo en su carta, que se basa en raciones, bocadillos y sándwiches de siempre. Y entre semana déjate conquistar por sus platos combinados, que van cambiando para quien quiera repetir sin aburrirse.
