d’Altea

Deben su nombre tanto al origen alicantino de sus promotores como a la cocina de aquella ciudad levantina. Y deben su prestigio a la gran calidad de sus arroces. El que más sale es el señoret, que viene con el marisco pelado y resulta exquisito. Muy apreciados también son el arroz montañés (con caldo de espinacas y secreto ibérico), el escario (con pechuga de pollo, garbanzo y ajo tierno), el arroz caldoso con bogavante, el de kokotxas de bacalao y almeja gallega… Ojo también, claro, a las fideuás: conviene probar la de boletus secreto presa y foie.

Su fórmula (cocina mediterránea, producto fresco) se reparte tanto en la zona de bar, donde ofrecen una cartita de raciones (calamares, zamburiñas, ensaladilla y atún rojo son de las más pedidas) y un menú de tapitas en cinco pasos, como en el comedor. Nos encanta su terraza, con capacidad para unas 40 personas.