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Guía_
Las mejores tortillas de patatas
¿Con o sin cebolla? ¿Cuajada o líquida? ¿Poco hecha o tostada?… en cuestiones de tortilla de patatas, no hace falta consultar ningún manual para saber cuál es la auténtica, porque hay tantas como gustos personales. La clave, como en todas las cosas del comer, está en utilizar siempre ingredientes de excelente calidad. Y, por supuesto, hacerla con mucho cariño. Esas son las dos cualidades que han tenido en cuenta los bloggers de Madrid para elegir las mejores, algunas en el top de las favoritas de los madrileños desde hace décadas.
Con El Morro Fino. La Ancha, clásica (y perfecta) tortilla de patatas
La tortilla de patatas posiblemente sea el pincho más clásico que tenemos en nuestra gastronomía, casi nada… Así que hacer el ejercicio de quedarnos solo con una ha sido una tarea bastante compleja, pero sí, la tenemos. Después de mucho testeo, nos quedamos con la tortilla de patatas de La Ancha (Zorrilla, 7), una de las especialidades de la casa y, para nosotros, una obra maestra de este restaurante de corte señorial. Jugosa, sabrosa, con un punto de sal perfecto; desde que la probamos por primera vez, su virtuosidad nos ha enganchado, y ha hecho que se coloque en la primera posición de nuestro ranking de tortillas en Madrid.
Eat and Love. La Lata Montada: tortilla en buena compañía
Tomarse una tortilla sabrosona con unas cañas es uno de esos pequeños (grandes) placeres a los que no nos podemos resistir. Y si además viene acompañada de unas tapas con solera, mejor que mejor. Como en La Lata Montada (Marqués de Cubas, 16), una taberna con aires de antigua tienda de ultramarinos que encontrarás a un paso del Congreso de los Diputados. La tortilla aquí no es la protagonista de su carta, basada en preparaciones frías elaboradas a partir de conservas en lata (mejillones, navajas, berberechos, anchoas…), pero sí es una resultona y muy contundente acompañante. Las latas de toda la vida combinan de vicio con esta tortilla, consistente y con el huevo semicuajado, como a nosotros nos gusta.
Historias de un Foodie. Cañadío, de alma cántabra
Pinchos de tortilla hay muchos y muy buenos por la ciudad, pero yo me declaro fan incondicional del de Cañadío (Conde de Peñalver, 86) por la suculenta oferta que le acompaña. Y es que este restaurante de alma cántabra tiene en su haber una de las mejores barras de Madrid: en ella se pueden comer, de manera informal, los grandes hits firmados por Paco Quirós, o probar algunos de sus deliciosos pinchos, entre los que destaca este clásico de los almuerzos del que os estoy hablando.
La tortilla tradicional me gusta jugosa, sin terminar de cuajar. Que predomine el sabor del huevo por encima de todo y que la patata se rompa sólo con mirarla. Por eso la de este local sacia por completo mis expectativas y me resulta perfecta para picar algo a media mañana o para empezar una comida de altura en la que no debe faltar cachón en su tinta, buñuelos de merluza y, sobre todo,… tarta de queso templada. ¡Una parada obligatoria de nuestra ciudad!
Madrid Diferente. La Emualda, un homenaje al sabor de siempre
La Emualda es un nuevo local abierto a un paso del Retiro, pero eso no le impide cumplir a rajatabla con los preceptos culinarios de las tabernas de siempre. Sobre todo en lo relativo a la carta, cuyos sabores nos llevan directos a descubrir o rememorar (en el caso de los más mayores) los gustos que protagonizaron otra época. Y es ahí donde gana importancia su tortilla de patatas, plato castizo por excelencia, que se presenta aquí como uno de sus emblemas.
Su tortilla se mantiene fiel al sabor más clásico gracias una elaboración que en realidad encierra poco misterio: patatas pochadas al estilo tradicional en aceite de oliva -sin cebolla- y cuajadas al momento, tal como indican en carta, con huevos de corral procedentes de Madrid -de la granja de Higinio, para más señas-. Aunque ello no les impide ofrecer algunos guiños de vanguardia, como el aroma de trufa blanca con el que perfuman su tortilla y el polvo de aceituna negra deshidratada con el que la coronan. Eso sí, lo que sin duda llama la atención antes de llevarla a la boca es su aspecto ovalado, alejado de la estética redondeada de las tortillas de patatas de siempre, pero igual de convincente.
Me Gusta Mi Barrio. Txirimiri: receta familiar y aires del norte
El secreto del éxito de los pinchos de tortilla de Txirimiri (calle Ferraz, 38; Calle General Díaz Porlier, 91; Calle Humilladero,6) es un misterio, pero basta con señalar las “cantidades indecentes de tortillas” que llevan preparando desde hace más de 15 años, como apunta su propietario, Txema Larrañaga. Más de 1.700 tortillas servidas al mes en Madrid; y hay sábados que, de hecho, de la barra del local de Humilladero salen hasta 30 tortillas completas.
Basada en una receta materna, este pincho de tortilla es jugoso, cremoso y con un punto tostado que hace las delicias de los comensales. La clave es la proporción entre aceite, patata y cebolla a fuego vivo, que se pocha, todo junto, en la misma olla de hierro. Porque la cebolla no está caramelizada aparte, pese a la confusión de algunos. Así que para quienes la prefieren sin cebolla, lo mejor es que aquí opten por otros platos, como el cotizadísimo pincho de foie con mermelada de higos o el solomillo, otras de las delicias especiales de la casa.
Mesade2. Bocaíto, con sabor a historia
La tortilla de patatas del Bocaíto (Libertad, 6) es una de esas que, además de estar entre nuestras preferidas, tiene su ‘miga’. Desde que naciera este restaurante en 1966, podemos encontrar tanto en los sabores de sus bocaítos como en sus paredes llenas de fotos un importante legado de Madrid. Un lugar donde se respira tradición e historia y en el que un plato despunta por encima de los demás. Y no es otro que su tortilla de patatas.
Aquí tienes opción de degustarla al modo tradicional, con cebolla, y acompañada de un alioli casero que está para chuparse los dedos; o si lo prefieres, puedes probar otras recetas, como la que hacen con verduras al estilo paisano, tan buena que quita el sentido. Así que si eres de esos a los que le gusta la caña con su pincho de tortilla, ya sea para matar el gusanillo por la mañana o al mediodía, o simplemente para tapear durante un domingo de risas con amigos, no te puedes perder este mítico restaurante.
O Lo Comes O Lo Dejas. Casa Dani, una barra familiar
En el Mercado de la Paz se encuentra Casa Dani (Ayala, 28), ese bar que todo amante de la tortilla de Madrid conoce. Una barra larga y estrecha en la que el público es variado y, dependiendo del horario, encontramos desde personas que van a hacer la compra a trabajadores de la zona, o incluso padres que sin más excusas, llevan a sus hijos hasta allí a probar su pincho favorito de la cuidad. La tortilla es jugosa y poco hecha en sus dos versiones, con y sin cebolla; y para los más atrevidos, con callos. Te la puedes tomar en barra o pedir para llevar, no quedando a veces otra opción que la segunda, porque siempre esta hasta la bandera.
Tenemos que ir. Jurucha y su emblemático pincho
Si hablamos de pinchos de tortilla, en Tenemosqueir no podemos dejar de hablar del de Jurucha (Ayala, 19). Este pequeño pero encantador bar de tapas lleva más de 50 años sirviendo pinchos en pleno barrio Salamanca. Entre los más famosos destaca el de tortilla de patata que, aunque no es demasiado gorda, sí muy jugosa por dentro. La sirven, si quieres, con mayonesa casera, lo que le da un toque especial y riquísimo. Además, este local, que ha ido pasando de generación en generación, dispone de una terraza a pie de calle muy agradable, lo que hace que disfrutar de tan emblemático pincho sea aún más placentero.
Chic and Cheap Madrid. La tortilla velazqueña de Tatel
Tan español como Velázquez y como la receta de la tortilla. Este plato en Tatel (Paseo de la Catellana, 36), uno de los sitios que se mantiene como dirección de moda desde la pasada temporada, es clásico a más no poder, aunque se sirva en un entorno de pura tendencia. Al fin y al cabo, lo tradicional nunca deja de ser actual. Y si no, que se lo digan a Nino Redruello, asesor de la cocina, quien ya ha demostrado en Las Tortillas de Gabino, La Gabinoteca o en el nuevo Fismuler que es un as en eso de batir y cuajar huevos.