La canción de grandísimo Roy Orbison ha inspirado un lugar en el que se respira la cultura de los 50 y los 60 americanos en cada detalle de su ecléctrica decoración.
El local está dividido en dos partes: nada más entrar la barra y al fondo un comedor en el que puedes acudir a su socorrida carta para saciar tu hambre con su simpática hamburguesa Elvis, su burrito Ritchie Valens o el Hot Dog de Little Richard.
Vinilos, carteles, pósters o pequeños fetiches de la época se esparcen a aquí y allí de manera informal en el In Dreams, en el que también puedes cañear en su barra o disfrutar de unos cocktails que no están nada mal. Y es obvio decirlo pero en los altavoces nunca falta ningún clásico de la época dorada del rock and roll.