Por arte y gracia de la mejor restauración, Mallorca llega a Madrid en forma de platos sublimes: los mejores que nos regala la gastronomía mediterránea.
Hay carnes y hay pescados, excelentes arroces y paellas –mixta, ciega, a banda– y, claro está, exquisiteces de la isla como el frit, la sopa mallorquina, las cocas, la sobrasada, la ensaimada... Qué delicia todo...