La mejor cocina tradicional castellana se come en las inmediaciones de Plaza Castilla: porque en Picones de María conocen los secretos de las recetas de siempre, y porque para prepararlas adquieren el género a diario directamente de las fuentes y sin intermediarios (en las huertas manchegas, en las lonjas del puerto del Marín, en las dehesas de Extremadura). De la tierra recomendamos vivamente la parrillada de verduras y el chuletón de vaca machorra; del mar, los lenguados y rodaballos.
El local, sobrio y cómodo, invita a una buena sobremesa. Sobre todo si optamos por el cocido manchego (solo de encargo, de lunes a jueves). Visita obligada para amantes de la buena mesa.