Esta ciudad tiene carácter. Sus calles, su gente y su ambiente son únicos en el mundo. Aquí te dejamos unas cuantas sugerencias para sentirte más madrileño que la calle de Alcalá. Da igual que seas gato o turista: cualquiera de estas actividades es un certificado de “madrileñidad”. ¿Cuántas te quedan por hacer?
Comerte un bocata de calamares
Esta delicia entre pan y pan tiene propiedades mágicas: te convierte en madrileño al primer mordisco. Podríamos decir que es el fast food low cost to take away más típico de Madrid. El dueño del bar te jurará que los suyos son los mejores de la ciudad. Los más famosos están en la Plaza Mayor y alrededores. Déjate guiar por tu olfato para encontrarlos y no te olvides del mejor combo: Mahou, tu cerveza favorita.
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Una mañana en El Rastro
Gentío dominical de paisanos, turistas y personajes de todo tipo. Calles donde conviven el arte, la artesanía, las antigüedades y objetos random rescatados de la basura. Lleva efectivo en el bolsillo: algunos puestos no admiten tarjeta. Un mercado persa en versión castiza. Si no encuentras aquí lo que buscabas es que no existe. Además, te esperan montones de bares y buenas tapas para terminar la mañana con una Mahou fresquita.
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After party de chocolate con churros y porras
El punto y final perfecto a una noche de tercios de Mahou y buena fiesta. Últimas risas con los amigos antes de irse a dormir. Templos donde se mezclan noctámbulos y madrugadores. El desayuno anti resaca más efectivo para recuperar fuerzas. Los churros son árabes, el chocolate americano; los madrileños un día los juntamos y así los hicimos nuestros.
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Ver el atardecer en el templo de Debod
El balcón favorito de enamorados, fotógrafos y runners. El Stonehenge madrileño para despedir al sol. La barandilla se llena de turistas y los jardines de grupos de amigos. Habrá alguien con un tambor…y lo sabes. El templo es un regalo del gobierno egipcio a nuestra ciudad, tal cual, sin lacito ni nada. ¿Cuántos colores nos puede mostrar el cielo? Pues aquí los vas a ver todos. Una Mahou en compañía sabe mejor con estas vistas, ¿A que sí?
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De compras a Gran Vía y de cañas a Malasaña
La columna vertebral de Madrid. Camisetas a 5 euros o zapatos a 300: aquí encuentras de todo. Puedes tirarte horas entrando de tienda en tienda, aunque nunca sabes quién acaba más agotado: tú o tu tarjeta. Reconócelo: siempre compras más de lo que pensabas. Menos mal que Malasaña pilla cerca para poder rematar el plan de la mejor forma: con una Mahou y unas buenas tapas que la acompañen.
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Remar en las barcas de El Retiro
Uniendo parejas desde 1867. El lugar ideal para enamorar a tu crush. Foto idílica para Instagram 100% asegurada. Nunca imaginaste que manejar un par de remos era tan difícil. Marineros de agua dulce. Colisiones aseguradas sin más consecuencia que unas risas. Hay tanto turista en el estanque que se consideran aguas internacionales. Demostrarás tu equilibrio al entrar y salir de la barca. Te garantizamos que ese paseo en barca te abrirá el apetito. Menos mal que allá donde vayas, siempre habrá una Mahou para compartir quien tú quieras.
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Un paseo de reyes
Si seremos chulos los madrileños que hicimos el Palacio Real el doble de grande que el de Buckingham. Algunos aún se preguntan si aquí vive el Rey, pero lo cierto es que solo se usa para algunos actos de Estado. ¿Te cabe la fachada entera en el selfie? Te contamos un secreto: la foto ideal se hace desde los jardines. Hay dos: el de Sabatini, tipo clásico y El Campo del Moro, tipo romántico. ¿Con cuál te quedas?
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Probar el cocido Madrileño
No intentes contar las calorías, simplemente disfrútalo. Plato tradicional servido en tres “vuelcos”: sopa de fideos, garbanzos con verduras y carne con embutidos. Festival de sabores en cazuela de barro. Siéntate a la mesa con hambre que las raciones son generosas. Imprescindible disfrutarlo con amigos. No tienes excusa: algunos restaurantes te lo llevan a casa. ¿Qué hay más madrileño que el cocido y una Mahou?
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Ver Las Meninas
Viene gente de todo el mundo a ver esta obra maestra y tú la tienes al lado de casa. No eres un madrileño de verdad hasta que visitas el Prado. La infanta Margarita stalkea espectadores desde 1656. Busca en Google quién es el señor de la puerta del fondo y presume de cultureta con los amigos. El dinero no es excusa: tienes horarios de entrada gratuita. Acompañad este plan de unas cervezas Mahou a la salida y tendréis una tarde única en Madrid.
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Un paseo por el parque de El Capricho
El jardín más romántico de Madrid. Y quizá el más desconocido. Planazo especial para parejitas. Parque con waypoints: laberinto, palacio, embarcadero, abejero, salón de baile… La foto en el templete triunfa siempre. Una locura de la duquesa de Osuna que el destino ha abierto a todos los madrileños.
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Ver el atardecer en el Cerro del Tío Pío
Lo conocemos más como el parque de las siete tetas. La puesta de sol favorita de los madrileños. Afterwork al ocaso. Toallas playeras sobre la hierba. Unas Mahou con los amigos en un escenario idílico. Besos de enamorados. Fotógrafos en busca de la luz perfecta. El cielo de Madrid se viste de rojo. Miradas pensativas hacia el astro rey. Fotazas para Instagram aseguradas. El inicio perfecto para una noche de cañas.
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