Ver en mapa
Chic and Cheap Madrid: Croqueta de rabo de toro, pollo y curry en AskuaBarra
Seleccionar una buena croqueta no es fácil. Y si es de esas ‘reinventadas’ con elaboraciones más allá de las tradicionales, menos todavía. Por suerte, en AskuaBarra (Arlabán, 7) los hermanos Gadea dan en el clavo, con las croquetas y con cualquiera de sus platos basados en el producto de primerísima calidad presentado sin aspavientos ni disfraces. La mezcla de sabores en éstas, ligadas con una suave, cremosa y deliciosa bechamel y envueltas en crujiente panko japonés, es exquisita. Las de queso Idiazábal, aunque más convencionales, son, asimismo, una opción a tener muy en cuenta si no te atreves con las especias.
O lo comes o lo dejas: Caseras, suaves y cremosas en Petit Apetit
En la zona de las Salesas se encuentra Petit Appetit (Monte Esquinza, 1), un bistrot (hermano mayor del cercano salad bar con el mismo nombre) de cuidada decoración y gran luminosidad. Ofrece una carta cuidada en la que elegir siempre cuesta, pero nosotros destacamos sus croquetas caseras por su suavidad, textura y potencia de sabor. Una opción más que apetecible para comer o cenar en el madrileño barrio de Justicia.
Mesade2: Serafina Cocina, croqueta ibérica 100%
Cremosas y sabrosas, así son las croquetas de Serafina Cocina Bar (Espoz y Mina, 4), un moderno y acogedor restaurante situado a escasos pasos de la Puerta del Sol, donde sirven unas croquetas que volverán locos a los más foodies. Son ideales para degustarlas junto a tus amigos y con una caña, ya sea en la barra o en las mesas altas de las que dispone. Y es que Jesús, dueño de Serafina, le pone mucho mimo a todos sus platos, especialmente a estos bocados de bechamel con jamón ibérico, fruto de una receta con secreto familiar. Estas joyas gastronómicas se presentan en forma de bolita sobre una cama de patatas paja, ideal para comerlas en dos bocados y saborear con mayor intensidad sus trocitos de jamón y su melosa textura. Son toda una delicia. Y para que os hagáis una idea de lo ricas que están, comentaros que las de Serafina ocuparon una vitrina en la exposición dedicada a las croquetas que acogió el espacio Manzana Mahou 330 en el Palacio de Santa Bárbara durante la edición de 2015.
Madrid Diferente: Croquetas en barra, la excusa para dejarse caer por Triciclo
¿A quién no le gusta darse un capricho de vez en cuando? Ir a comer o cenar a Triciclo (Santa María, 28) es uno de los buenos, aunque conseguir mesa es una tarea nada fácil si no se gestiona con antelación. Por eso una buena opción es decantarse por su tapeo en barra, sin necesidad de reserva previa, y probar delicias como sus croquetas, un bocado sabroso, cremoso y con un rebozado súper crujiente que va variando de sabor según la temporada y los caprichos del chef (ropa vieja, cocido, jamón ibérico…). Una de las últimas versiones que hemos probado es la de bacalao y puerros, una croqueta que sin duda está a la altura de la calidad que avala a este restaurante situado en el barrio de Las Letras.
Historias de un foodie: Melosidad a la asturiana en Viavélez
Si hablamos de croquetas, imperiosamente hay que mencionar las que ejecuta Paco Ron en su Viavélez (Avenida del General Perón, 10). Una obra de arte de alma asturiana que cuenta con una melosidad insultante, un finísimo rebozado y un gusto a jamón que llega a ser adictivo. Un bocado formidable del que podemos (y debemos) disfrutar en la taberna de este mítico restaurante. Sin duda una de las mejores barras que alberga nuestra querida ciudad con una oferta singular y sabrosa.
