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San Isidro, la fiesta (gastro) de todo madrileño
A nosotros, como buenos madrileños, todo lo que sea una fiesta nos va, nos va mucho. Pero si además se trata de una fiesta en la que se come bien, es que directamente nos vuelve locos.
Y eso es exactamente lo que nos pasa con San Isidro, nuestra fiesta por excelencia, sinónimo de días para el descanso, pero sobre todo de días para darle caña a todas esas maravillas gastronómicas que atesora Madrid.
Hemos querido hacer un repaso por todas ellas, de la mano de los restaurantes donde mejor las preparan. Y este es el resultado.
Muñagorri, tapas y raciones con nivelazo
Pedro Muñagorri es uno de los grandes. Lleva años cocinando clásicos con gran producto, ni más ni menos, sin complicaciones. Recetas de mercado, mostrador con maravillosos pinchos… todo lo que hace lo hace bien. La barra de Muñagorri (Padilla, 56) siempre sorprende con tapas y raciones de gran nivel, como este Rabo de vaca guisado al vino tinto.
Cachivache, esos torreznos… ¡esa ensaladilla!
Pensabas que nos los estábamos saltando, pero no. Los torreznos y la ensaladilla son otras de esas raciones que todo madrileño, ‘tapeador’ y ‘cañero’, disfruta como loco. En Cachivache (Serrano, 221) saben muy bien lo que hacen, no en vano estas son dos de sus raciones con más fama.
Los Galayos, enormes bocatas de calamares
Sí, enormes en ambos sentidos, porque en Los Galayos (Botoneras, 5) no se cortan un pelo en la altura del bocata, repleto de calamares bien frescos, y porque además de su pintaza, está de muerte, con ese pan rústico que cruje a cada bocado… Es pensar en él, y comenzar a salivar, en sentido literal.
Taberna La Bola, el COCIDO, con mayúsculas
Pocos seréis los que no hayáis oído hablar de este templo del cocido madrileño, este buque insignia que se esconde en una calle apenas transitada, pero que lleva sirviendo cocidos desde el siglo XIX, mucha tela y mucho caché hay en los fogones de Taberna La Bola (La Bola, 5).
Txirimiri, un pincho de tortilla como a mí me gusta
Si hay un aperitivo típico en los bares de Madrid, está claro que es el clásico pincho de tortilla. Pero no todos son iguales, y hay que reconocer que muchas veces te puedes encontrar con bocados muy complicados de tragar, de esos que incluso se resisten al tenedor. A mi me gustan las tortillas poco cuajadas, con su cebolla caramelizada, sabrosas, jugosas… y así es como la preparan en Txirimiri (Humilladero, 6), para mi, una tortilla ‘de diez’.