Nos gusta el comedor del Magaly. Es cómodo, espacioso, está bien decorado y sobre todo es muy luminoso. Algo que se agradece sobre todo en los fríos días de invierno, cuando queremos aprovechar hasta el último rayo de sol. Y claro está, lo que nos llega a la mesa nos desmerece tan agradable entorno. Aunque sus menús no están nada mal, lo que nos gusta del Magaly son sus arroces variados, las habitas con jamón, su buen cocido madrileño y la carne a la piedra.