Desayunos, comidas, cenas, tragos de última hora… Samoa ofrece un poco de todo y para todos los gustos. Su momento álgido son los desayunos y las noches (sobre todo los fines de semana). Y su especialidad, las carnes: ojo al increíble chuletón a la piedra, al neoyorquino —que sale directamente cortado de cocina— al solomillo o al entrecot… También es excelente el pescado (el rodaballo, la lubina); todo ello mejor después de un buen entrante (tempura de verduras, pulpo a la parrilla, chipirones…).
La céntrica ubicación de este establecimiento abierto en 2014 asegura un magnífico ambiente prácticamente a cualquier hora. La decoración a la última invita a relajarte un buen rato en el Samoa, donde —atención, amigos del deporte— siempre despliegan la pantalla gigante cuando la ocasión lo merece.