A tan solo uno pasos de la Puerta de Sol se encuentra esta taberna y restaurante de corte clásico y cocina tradicional, uno de esos espacios en los que parece que nos retrotraemos a un Madrid pretérito, entrañable y clásico con sus mesas de mármol y sus maderas cálidas.
El local está dividido en dos plantas. En la planta baja tenemos la bonita barra y un pequeño comedor para dar cuenta de una buena colección de raciones. Berberechos al vapor, gambas a la plancha, cigalitas fritas, rabo de toro, callos a la madrileña, tortilla de patata, chuletitas de lechal o trigueros a la plancha.
Los que prefieran comer con algo más de calma y tranquilidad pueden subir a la planta primera y sentarse en alguna de sus ocho mesas para dar cuenta de lo mejor de nuestra gastronomía clásica. Podemos empezar con unas habitas tiernas con jamón ibérico o con una sopa de cocido o de marisco, o si preferimos también les salen de maravilla las alcachofas fritas con jamón ibérico, o con una de sus especialidades: el arroz con zamburiñas en salsa de carabineros. Tronco de merluza gallega, solomillo ibérico de bellota al Pedro Ximénez, los huevos fritos de corral con patatas y jamón ibérico o las mollejitas de cordero lechal son algunas de las opciones como plato fuerte. Y de postre: flan de la casa, sorbete de limón y cava o milhojas de crema y nata.